Todas las empresas y negocios deben ser capaces de hacer frente a los pagos, obligaciones y deudas que deban liquidar a corto plazo, ya que en el caso contrario, pueden verse obligados a realizar una serie de operaciones financieras que afecten de forma negativa a su rentabilidad.
En este post vamos a hablar sobre la liquidez empresarial, su importancia, y una serie de buenas prácticas que toda empresa puede realizar para aumentarla.
¿Qué es la liquidez?
La liquidez o grado de liquidez de un activo mide la facilidad y capacidad que tiene dicho activo de convertirse en divisas, o dinero, en el corto plazo sin necesidad de reducir su precio o devaluarse en el proceso.
Por otro lado, el grado de liquidez mide la capacidad que posee un activo de intercambiarse por otro. En base a esta definición, la moneda o las divisas son el activo más líquido, puesto que su valor no cambia al ser intercambiado en una operación clásica de compra-venta, siendo el activo más intercambiable del mercado.
En la contabilidad clásica, los activos de las empresas se dividen en corrientes y no corrientes (o circulante y no circulante) en base a su grado de liquidez, siendo los activos corrientes más líquidos por definición que los no corrientes.
¿Qué es la liquidez de una empresa?
En base a estos datos, la liquidez de una empresa trata de medir la capacidad que posee un negocio de hacer frente a sus deudas a corto plazo, es decir, sus pagos u obligaciones.
Una empresa con mucha liquidez, contará con una cantidad de activos en el corto plazo lo suficientemente líquidos como para ser utilizados para pagar sus obligaciones a corto plazo.
Es de vital importancia que las empresas tengan un gran control sobre su liquidez, ya que esto evitará que su rentabilidad se vea mermada por tener que hacer frente a pagos imprevistos, convirtiendo activos poco líquidos en dinero a corto plazo, lo que suele suponer una pérdida de valor en el proceso para las empresas.
¿Cómo puedo mejorar la liquidez de mi empresa?
A continuación, vamos a listar una serie de consejos y recomendaciones que toda empresa o negocio español puede aplicar para mejorar su liquidez, y por ende, su rentabilidad.
Aplaza o segmenta el pago de tributos e impuestos:
Sé conocedor y ten un buen control de los plazos de los pagos de tributos e impuestos correspondientes a tu empresa. Los organismos tributarios suelen proporcionar la posibilidad de aplazar, posponer o segmentar dichos pagos. Haz uso de dichos plazos y segmentaciones.
Negocia los plazos de pagos con proveedores y clientes:
Negociar los pagos de ingresos y gastos de los proveedores y clientes de tu empresa es una gran oportunidad para mejorar la liquidez y rentabilidad de la misma. Busca aplazar los pagos en la medida de lo posible, y en caso de pagar de forma temprana, negocia descuentos por pronto pago. Del mismo modo, en el caso de deudas que tengan clientes con tu negocio, busca pactar plazos de pagos que te sean favorables, o en el caso de necesitar liquidez rápida, ofrece descuentos por pronto pago.
Implementa metodologías eficientes de control de stock e inventarios:
Pese a poder suponer un reto en primera instancia, un control y gestión óptimos del stock y almacenaje de las mercancías de la empresa puede ayudarnos a mejorar la rentabilidad de la misma, ahorrando costes en el proceso.
Ten un férreo control de las finanzas y la contabilidad de tu empresa:
Ser conocedor del estado financiero de tu empresa, sus flujos de caja y su rentabilidad es clave para evitar desajustes que hagan que esta se vea afectada. La figura de un controller financiero externo puede resultar clave a la hora de lograr este objetivo.
Ten un fondo o reservas para cubrir imprevistos:
Toda empresa o negocio que se precie debe contar con fondos o reservas para poder hacer frente a pagos imprevistos, sin tener que recurrir a deudas con entidades financieras y otros procesos que aumenten sus gastos. No obstante, es importante no abusar, ya que contar con demasiadas reservas puede afectar a nuestra rentabilidad, pudiendo llegar a ser peor el remedio que la enfermedad.
Negocia tus obligaciones con entidades financieras:
Negocia y renegocia las deudas que tenga tu empresa con bancos o entidades financieras. Por norma general, estas pueden sufrir modificaciones de plazos, o incluso plantear un pago único más elevado que permita reducir los intereses de la misma.
Si tienes más dudas en torno a la liquidez de tu empresa y cómo proceder, no dudes en ponerte en contacto con CCPYME’s, nuestros expertos estarán encantados de ayudarte en todo lo que necesites.