Un buen gestor financiero no solo debe asegurarse de la capacidad de generación de ingresos y beneficios de su empresa gracias a sus activos, si no que debe prestar especial atención a la forma de financiación de estos mismos.
Uno de los KPI más importantes que debemos tener en cuenta como dueños o responsables de negocios es el capital circulante.
En este post, explicaremos qué es el capital circulante, qué información nos da, cómo se calcula y otra serie de cuestiones relacionadas.
¿Qué es el capital circulante?
El capital circulante o working capital, también conocido como fondo de maniobra, es la parte de los activos corrientes o activos circulantes de la empresa que están financiados por pasivos fijos o pasivos no corrientes de la misma (en ocasiones, hasta financiados por su patrimonio neto).
Su cálculo nos permite identificar la liquidez real de la empresa, aquellos activos líquidos de los que se pueden disponer en un plazo prácticamente inmediato. Es un buen indicativo de la salud financiera de las empresas.
¿Qué cuentas del plan general contable forman parte del capital circulante?
Según el plan general contable, estas son las cuentas que pertenecen al capital circulante:
- 570: Caja
- 572: Bancos o entidades financieras
- 430: Clientes
- 431: Clientes, efectos comerciales a cobrar.
- 300: Mercaderías o existencias
- 301: Materias primas
- 400: Proveedores
- 401: Acreedores
- 520: Deudas financieras a corto plazo
¿Es lo mismo el capital circulante que el cash flow?
Si bien ambos términos pueden llevar a confusión, el cash flow no es lo mismo que el capital circulante, ya que este primero busca medir la capacidad de generación de activos líquidos de la empresa.
No dejes de visitar el siguiente post si quieres saber con mayor detalle qué es el cash flow de una empresa.
¿Cómo se calcula el capital circulante?
La forma de calcular el capital circulante es bastante sencilla, ya que se obtiene realizando la siguiente fórmula:
Capital circulante = Activo corriente – Pasivo Corriente
Es decir, el capital circulante se obtiene restando la cuantía del pasivo corriente de nuestra empresa a su activo corriente.
¿Qué significa un capital circulante positivo?
Cuando el activo corriente es superior al pasivo corriente, contamos con un capital circulante o fondo de maniobra positivo. Esto nos indica que la empresa tiene la suficiente liquidez para hacer frente a todas sus deudas a corto plazo, por lo que está en una buena situación financiera.
Eso sí, si el margen de este fondo de maniobra es muy pequeño, esto significa que la empresa puede llegar a estar en problemas si surge un gasto imprevisto, pudiendo llegar a afectar a la rentabilidad de la misma.
¿Y un capital circulante negativo?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que significa que se está financiando el inmovilizado (inversiones a largo plazo) con deudas a corto plazo. Cuando el activo corriente es inferior al pasivo corriente, contamos con un capital circulante o fondo de maniobra negativo.
Esto es una mala señal, ya que en principio la empresa no tiene liquidez suficiente para hacer frente a sus obligaciones de pago a corto plazo, y en caso de que esta situación se sostenga en el tiempo, se podria llegar a una situación de insolvencia que podría implicar cese de su actividad económica.
¿Por qué es importante controlar el capital circulante?
Una empresa con un buen control y gestión del capital circulante o fondo de maniobra, podrá siempre asegurarse de poder hacer frente a gastos imprevistos o necesidades de inversión no previstas, ya que será conocedora de su liquidez.
Es por este motivo, que se antoja necesario hacer un seguimiento de la evolución del capital circulante o fondo de maniobra de la empresa, siendo una de las tareas básicas de un buen gestor financiero.