Terminó otro trimestre y con él, el año fiscal. Estos días suelen ser un caos, más aún si has dejado todo para el último momento. ¿Ha habido algún susto? Seamos sinceros, ¿le has puesto las cosas fáciles a tu gestoría o les has enviado la documentación en el último suspiro?
La importancia de un departamento financiero en las pymes
Imagina lo sencillo que sería todo si contaras con un departamento financiero que te ayudara a mantener las cosas al día. ¿Están todas las facturas debidamente registradas? Quizás piensas que tu empresa no tiene el tamaño o presupuesto para eso, pero hoy en día existen soluciones escalables para cada necesidad, como contar con un CFO externo.
Un CFO (Chief Financial Officer o Director Financiero) es un experto en gestión financiera que puede convertirse en tu mano derecha. Su función principal es supervisar y optimizar todos los aspectos económicos de tu empresa, desde la contabilidad y los impuestos hasta la planificación estratégica y la toma de decisiones basada en datos.
Contar con un CFO externo te permite acceder a este nivel de expertise sin necesidad de contratar a alguien a tiempo completo. Es una solución flexible y adaptada a las necesidades de las pymes.
Las dos razones detrás de los problemas de pago
Vayamos al grano: ese susto de fin de trimestre era totalmente previsible. Este mes se juntan los pagos de IRPF e IVA a los ya habituales de nóminas y seguridad social. Y aquí viene la parte dura: si tienes problemas para pagar, se debe a dos posibles razones:
- El negocio no está generando ingresos suficientes. En este caso, es fundamental analizar dónde enfocar los esfuerzos: ¿necesitas aumentar el volumen de ventas, mejorar tus márgenes o reducir costes? Un CFO puede realizar un análisis financiero detallado para identificar las áreas clave y proponer estrategias de mejora.
- Es necesario revisar tu planificación de tesorería. No es un problema tener que financiar el pago de impuestos, el verdadero problema surge cuando tienes que salir corriendo al banco porque de lo contrario te metes en problemas con Hacienda. Un CFO puede ayudarte a establecer un flujo de caja, proyectando ingresos y gastos con antelación para anticipar posibles baches de liquidez. Así podrás tomar medidas a tiempo, como ajustar tus gastos o buscar financiación.
Gestión financiera y prevención de imprevistos
Pero no todo está perdido. Aún estás a tiempo de dar un giro a tu gestión financiera y evitar sustos futuros. Aquí es donde un CFO externo puede marcar la diferencia:
- Mantendrá tus registros contables actualizados, dedicando tiempo cada semana a revisar y organizar tus facturas, gastos e ingresos. Esto te dará una visión clara y en tiempo real de la salud financiera de tu empresa.
- Establecerá un flujo de caja y proyecciones financieras para anticipar posibles baches de liquidez y tomar medidas a tiempo.
- Optimizará tus procesos financieros, identificando áreas de mejora y proponiendo soluciones eficientes. Esto puede incluir la implementación de herramientas y software que automatizan y simplifican la gestión.
- Te asesorará en la toma de decisiones estratégicas, aportando una visión objetiva y basada en datos. Su expertise te ayudará a identificar oportunidades de crecimiento y a prevenir potenciales riesgos.
- Se encargará de preparar y presentar toda la documentación fiscal y contable en tiempo y forma, evitando así sustos de última hora y posibles sanciones.
Recuerda, la clave está en la planificación. No esperes hasta el último momento para poner orden en tus finanzas. Con un CFO externo a tu lado, podrás decir adiós a las prisas de fin de trimestre y darle la bienvenida a una empresa saneada y preparada para crecer.