En muchas ocasiones, tanto particulares como autónomos o empresarios deben acudir a bancos o entidades financieras para conseguir soluciones a las diversas problemáticas derivadas de la actividad de su empresa: falta de liquidez, aumentar la rentabilidad de los activos de la empresa, realizar inversiones… Las entidades financieras pueden llegar a ser unas poderosas aliadas, pero, para ello, debemos elegir con cuidado.
Una de las grandes preguntas que debemos hacernos a la hora de gestionar los activos líquidos de nuestro negocio, es elegir con cuántos bancos vamos a trabajar. Esta cuestión puede resultar sencilla a priori, pero tiene mucha más complicación y profundidad de la que aparenta. ¿Una, dos, quizás cinco entidades financieras? Pese a que no existe ningún número mágico, en este post intentaremos dar las recomendaciones necesarias para que puedas tomar una decisión con toda la información posible, la que más vaya a beneficiarte como autónomo o empresario.
Trabajar con un solo banco
Es bastante común que se dé el caso de particulares y empresarios que están acostumbrados a trabajar con un mismo banco: “El de toda la vida”. Esto trae una serie de indudables ventajas, ya que la relación personal y de confianza que llega a establecerse entre dichos clientes y los operarios de la entidad financiera pueda aportar muchos beneficios en lo personal. Por no hablar de la facilidad administrativa de las finanzas, puesto que, al contar con cuentas bancarias en solo una entidad financiera, su gestión va a resultar mucho más sencilla.
Del mismo modo, esta relación de confianza unida a la gran cantidad de capital y de productos contratados, puede dar lugar a unas condiciones mejores de contratación de los mismos.
Aun así, a efectos prácticos, trabajar con un solo banco limita la oferta de productos financieros de la que disponemos, y, aunque no nos demos cuenta, empeora las condiciones de contratación de dichos productos debido a la falta de perspectiva y opciones disponibles. La dependencia financiera, la imposibilidad de comparativa y la acumulación de riesgo en un mismo banco son las principales desventajas a las que tendríamos que enfrentarnos en caso de elegir esta opción.
Por no hablar de la situación que podría darse en caso de malos momentos por los que pase la entidad financiera o roces con la misma. Es posible que dichos problemas conduzcan a una no renovación de un servicio imprescindible para tu negocio (como un lineal de crédito), o en una imposición de condiciones muy desfavorables. La ausencia de un banco alternativo para evitar estos problemas podría llegar a pasarnos factura.
Trabajar con varios bancos
Por otro lado, tenemos la opción de trabajar con varias entidades financieras, lo cual nos proporciona una serie de ventajas, que listamos a continuación:
- Comparativa directa de productos:
Gracias a trabajar con varios bancos, podemos comparar varios presupuestos, así como las condiciones de todos los productos financieros que ponen a nuestra disposición. Esto suele ser bastante común, ya que cada banco suele especializarse en un producto financiero específico para diferenciarse del resto, el cual ofrece con unas condiciones mejores que las de la competencia. Al poder comparar, seremos capaces de elegir la mejor opción en cada caso.
- Diversificación del riesgo:
“Nunca pongas todos los huevos en la misma cesta”. Una expresión sencilla que explica este punto a la perfección. El hecho de trabajar con varias entidades financieras, hará que repartamos el riesgo de nuestro capital, lo que nos proporciona una mayor seguridad financiera.
- Fondo de Garantía de depósitos:
En caso de tener disponible una cifra superior a los 100.000€, es recomendable que se divida entre varias entidades financieras, ya que, en caso de bancarrota o quiebra de la entidad financiera, dicho fondo tan solo se hace cargo de los primeros 100.000€ por cuenta y por titular. Al trabajar con varias entidades financieras, podemos asegurar una cifra mayor de nuestros fondos.
No obstante, debemos ser conscientes de los problemas que pueden surgir a raíz de trabajar con varias entidades financieras:
- Dificultad de gestión de las cuentas bancarias:
En el caso de que trabajemos con un amplio número de bancos, esto puede resultar en una gran carga administrativa, ya que la gestión de un elevado número de fondos y de cuentas puede llegar a resultar más contraproducente que beneficioso.
- Aumento de comisiones:
Al trabajar con varias entidades financieras, es probable que aumenten los gastos derivados del mantenimiento de las mismas, así como de las comisiones derivadas de los distintos procesos bancarios realizados. Tendremos que estar más pendientes de posibles descubiertos, costes por comisiones y una serie de cuestiones que, indudablemente, se verán reflejadas en una compleja gestión de nuestros recursos financieros.